viernes, 27 de noviembre de 2015

FEAR

http://vivoemprendiendo.com/2015/11/27/si-quieres-fracasar-ten-miedo-al-futuro/ 
“A lo único que debemos temer es al propio miedo”.
-Roosevelt
A la mayoría de la gente le parece sensato encarar el futuro con cautela y precaución y, aunque la prudencia no es precisamente un delito, cuando se convierte en el principal rasgo definitorio de un negocio puede precipitar el fracaso.
Es algo que se observa continuamente en el deporte, donde hacia el final de un partido el equipo que lleva la delantera empieza a jugar a lo seguro para conservar prudentemente su ventaja y deja de correr los mismos riesgos que le pusieron por delante en primer lugar. Con demasiada frecuencia, acaba perdiendo en los últimos minutos del encuentro.
Dejar de arriesgarse es muy arriesgado pero existe una enfermedad mucho más debilitante ahí afuera: el miedo.
Y es que encarar el futuro con prudencia y cautela o con un miedo desenfrenado son dos cosas muy distintas. El miedo al futuro es garantía de que el futuro será un fracaso.
Mandela dijo:
“Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo sino el triunfo sobre él”.
Para aspirar a cualquier nivel de liderazgo en los negocios hay que ser razonablemente optimista. Un optimista en un mar de pesimistas puede marcar la diferencia. Aristóteles defendía en su tratado De ánima del siglo IV a.C. la existencia de cinco sentidos (la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto) y desde entonces ha habido acuerdo respecto a este número pero algunos afirman que existe un sexto sentido: la capacidad de percibir el estado de ánimo: Puede ser intuición, perspicacia o sensibilidad, lo poseen quienes tienen éxito, los grandes mercadistas y los principales líderes políticos y empresariales.
Ellos perciben el estado de ánimo predominante y, cuando es negativo saben cómo cambiarlo.
Donald R. Keough cuenta que una ocasión, dos profesores de economía se le acercaron para preguntarle, cuándo es el mejor momento para empezar una nueva empresa y cuáles son las condiciones previas.
Si le creemos a los que siembran el miedo, nunca es buen momento para empezar nada porque siempre está sucediendo algo malo. Siempre hay agujeros en el modelo de negocio y problemas que yacen en la superficie como minas antipersonas.
Si, por el contrario, creemos en la creatividad fundamental del emprendedor, casi cualquier momento es bueno. Y en cuanto a las condiciones previas, sólo pregúntate: ¿Hay personas? ¿Comen y beben? ¿Existe algún tipo de actividad económica? ¿Alguna forma de intercambiar bienes y servicios? Porque si los hay, entonces es un buen momento y un buen lugar para empezar un negocio.
El optimista puede permitirse el lujo de tener paciencia. En un momento u otro de su larga historia, Coca-Cola ha estado completamente excluida de algunos lugares: todos los países árabes, China, India, Cuba. Hoy ha vuelto a todos esos territorios con la excepción de Cuba, aunque los libros siguen abiertos y los líderes de Coca-Cola están seguros de poder regresar.
Los pesimistas dicen que el mundo surgió del caos y desde entonces va cuesta abajo, pero nosotros tenemos que vivir con esperanza, con fe en nuestros semejantes. Debemos actuar como si hubiera un mañana, como si tuviera sentido fundar una empresa, admirar las puestas del sol, seguir hacia delante.
Si quieres fracasar, ten miedo al futuro; si quieres tener éxito, enfréntate al mañana con optimismo y con pasión, porque estadísticamente sabemos que el peor de los casos casi nunca suele darse y recuerda:
Creer que todo es posible no es optimismo, se llama talento.

Dinos: ¿Si no tuvieras miedo, qué harías?

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