martes, 6 de octubre de 2015

“Taking a brain-wise approach to emotions”,

“Cuanto más intensa es nuestra respuesta emocional límbica a una situación, menos capaces somos de usar nuestro córtex prefrontal racional para pensar y actuar intencionalmente, por lo que caemos en nuestros esquemas habituales, casi siempre sin ser conscientes de ello. Las emociones más fuertes que nos hacen actuar así se derivan de amenazas percibidas, que pueden ser reales pero casi siempre se han creado falsamente por asociaciones inconscientes del pasado”.
La neuroplasticidad explica la posibilidad de cambiar determinados comportamientos, mediante la modificación de circuitos neurales. Esto requiere práctica repetitiva, lo que necesita además de la voluntad dirigida.

Más importante que el contenido del plan de acción, que no debería ser muy prolijo, es la aplicación disciplinada durante el tiempo necesario para la consolidación del cambio. El cambio es posible solo si se quiere, no basta desearlo.

Importante: el cerebro consolida aquello donde se orienta la atención: si nos orientamos al problema, consolidamos el problema; si orientamos a las soluciones, el cerebro comienza el camino de la búsqueda activa y exitosa de soluciones.

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