lunes, 5 de octubre de 2015

Para lograr una mejor comunicación debemos tener en cuenta tanto el mensaje verbal como el corporal

El profesor Albert Mehrabian, de la Universidad de California, en Los Ángeles, analizó cuál es el impacto de un mensaje y determinó que un 7% es verbal (solo con palabras); un 38%, vocal (por medio del tono de la voz, los matices y otros sonidos) y el 55% es corporal o no verbal.
Asimismo, Mehrabian remarcó que a la hora de establecer una situación comunicativa se debe tener en cuenta la zona de comodidad de cada persona y el mayor impacto de nuestro lenguaje corporal al atravesarlo. El antropólogo Edward T. Hall (1914-2009), que fue profesor de la Universidad de Denver y de la Escuela de Negocios Harvard, subdividió las necesidades territoriales de cada persona (proxémica) en cuatro zonas de menor a mayor distancia: zona íntima (15 a 45 cm.), zona personal (46 a 120 cm.), zona social (1,2 a 3,5 metros) y zona pública (a partir de los 3,5 metros).
Es muy importante que seamos conscientes de nuestros gestos y de los efectos positivos o negativos que estos pueden causar en otros. No tenerlos en cuenta podría jugarnos una mala pasada aun cuando tengamos buenas intenciones o al momento de expresarnos con quienes nos evalúan. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo es recomendable evitar mostrarnos nerviosos, mordiéndonos las uñas, moviendo la pierna de forma temblorosa o teniendo una postura tensa o excesivamente relajada.

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