lunes, 12 de octubre de 2015

¿Cuánto más podrías ganar en tu vida adulta por haber tenido un buen maestro de primaria?

http://www.lanacion.com.ar/1835191-cuanto-mas-podrias-ganar-en-tu-vida-adulta-por-haber-tenido-un-buen-maestro-de-primaria 
Jonah Rockoff, doctor en economía en Harvard, nos da la respuesta en esta entrevista a LA NACION
PARA LA NACION 
Un buen maestro o un mal maestro de primaria no sólo impacta en el corto plazo, a favor o en contra, en los aprendizajes de sus alumnos. También impacta en el largo plazo, en sus ingresos, de manera positiva o negativa, cuando llegan a la vida adulta.
Esta conclusión surge de una investigación realizada por un equipo de tres doctores en Economía, especializados en economía de la educación, en Estados Unidos y ya desde el título del paper queda en claro el foco del estudio: "El impacto de largo plazo de los maestros. El valor agregado del maestro y los resultados de los estudiantes en la vida adulta".
Un buen maestro de primaria aporta una ganancia adicional de 250 mil dólares en total, por toda su vida laboral, a una clase de 28 ex alumnos, cuando son adultos.Y, al contrario, un mal maestro les impediría ganar una suma similar.

El estudio

El trabajo, publicado en 2011, siguió la vida de dos millones y medios de alumnos de primaria desde 1988 hasta 2009 y cruzó los resultados que un millón de esos alumnos obtuvo en las pruebas estandarizadas de inglés y matemáticas que se toman entre tercer grado y primer año en las escuelas de EEUU con información impositiva de su vida adulta, su origen socio económico, sus niveles de ingreso, estudios, barrio y vida familiar.
¿El objetivo? "Comprobar si los alumnos que tenían mejores docentes también tenían mejores resultados a lo largo de su vida, en distintos campos".
Así lo explica uno de los autores de la investigación, Jonah Rockoff, doctor en Economía por Harvard, especialista en políticas públicas vinculadas con la calidad docente.

¿Cuánto influye un buen maestro en un contexto cultural distinto como Argentina?

De paso por Buenos Aires, a donde llegó invitado por el Área de Educación de la Universidad Di Tella, Rockoff conversó con LA NACION sobre sus principales hallazgos y respondió esa pregunta.
-¿Qué objetivo tenía la investigación?
-Queríamos comprobar si los alumnos que tenían mejores docentes también tenían mejores resultados después, a lo largo de su vida, en distintos campos.
-¿Cómo distingue cuál es un buen docente y cuál es malo?
-El punto de partida son los resultados de los exámenes estandarizados de matemáticas y lengua y un concepto que se conoce como "valor agregado", que es una medida de la calidad del maestro. El punto central es cómo les va a los alumnos en las pruebas comparado con el año pasado, cuando tenían otro maestro, y con otros alumnos similares en término de sus resultados académicos y de su origen social y capital cultural. De esa manera se puede medir el aporte de cada maestro, lo que le sumó o quitó al desempeño de sus alumnos, independientemente del aporte del maestro anterior y de otros factores escolares o extra escolares.
-Muchos se resisten a reducir las dimensiones involucradas en el trabajo de un docente al resultado de una prueba.
-Es cierto que el trabajo de un maestro tiene muchas dimensiones pero es esperable que la correlación entre esas otras dimensiones de productividad docente y el impacto positivo en exámenes estandarizados sea alta.
-¿Cuál fue el resultado? ¿Cómo impacta un buen maestro de primaria en la vida de sus alumnos?
-Probamos que en promedio, los docentes que lograron que a sus alumnos les fuera mejor en los exámenes estandarizados también impactaron de manera positiva en su vida adulta.
-¿Qué tipo de impacto? ¿En qué experiencias adultas?
-Para empezar, en el nivel de ingresos. Si se reemplaza un mal docente, uno que está en el 5 por ciento de los peores docentes según las pruebas estandarizadas de sus alumnos, por un docente promedio, ese grupo de 28 alumnos va a tener una ganancia extra en el resto de su vida de 250mil dólares, siempre considerando el valor presente a una tasa de interés determinada, que correspondería a 1,4 millones de dólares en valor nominal. Y en el mismo sentido, el reemplazo de un mal maestro por uno de los mejores maestros implicaría una ganancia extra de 500 mil dólares.
-Es decir que un mal maestro que sigue en su cargo durante diez años le habrá restado a la economía dos millones y medio de dólares.
-Así es, asumiendo que no logra mejorar. Por eso la estabilidad docente es una decisión con enormes consecuencias.
-Y esa ganancia marginal que representa un buen maestro, ¿qué peso tiene en los ingresos totales de los alumnos?
-Tener una maestra que cae en el 5 por ciento mejor aumenta tus ingresos en toda tu vida en un 1,5 por ciento en promedio.
-En términos porcentuales no parece mucho.
-Algunas críticas apuntaron a esa cuestión. En lugar de mirar a toda la clase, miraron a un solo chico y dividieron los 250 mil dólares por los años de vida y calcularon que representaba unos 50 centavos por día. Pero hay otra manera de analizar el valor del aporte del buen maestro en los ingresos: hay que pensarlo desde el punto de vista de una inversión, como un bono que paga 50 centavos por día por los próximos 40 años a 28 personas. Un bono de esas características vale la pena. Un gran maestro de primaria no te va a hacer rico pero te va a permitir obtener una ganancia adicional.
-¿El buen maestro también permite mejoras futuras de su economía en el caso de alumnos pobres?
-La diferencia entre tener un buen maestro y tener un mal maestro es sustancial para todos los alumnos pero hay que hacer algunas salvedades. Primero, la calidad del maestro no es ni por asomo lo sustancial que es tener padres educados y de buenos ingresos o tener padres pobres y con bajos niveles educativos, que es lo que más condiciona. Y segundo, por la manera en que los sistemas educativos asignan a los maestros, la probabilidad de que chicos de sectores vulnerables tengan buenos maestros es baja, y sobre todo que los tengan año tras año hasta terminar su escolaridad. Se sabe que en promedio los chicos más vulnerables, con peores exámenes, tienen peores maestros porque los buenos maestros no quieren ir a las escuelas con más problemas.
-¿En qué otras áreas de la vida futura impactó un buen maestro?
-Los chicos que tuvieron mejores maestros también tuvieron mejores chances de ir a la universidad y de que esas universidades sean mejores. Tener un buen maestro también baja la probabilidad de embarazos adolescentes.
-¿Cómo puede estar tan seguro de que fue el maestro el que determinó esa mejora en los ingresos y no, por ejemplo, las relaciones que construyó en la universidad?
-Hay cada vez más evidencia científica que indica que las experiencias en los primeros años e incluso en el útero tienen efectos extremadamente duraderos en el largo plazo. Nuestras conclusiones van por ese mismo camino. Una manera intuitiva de comprender el peso de las buenas experiencias educativas tempranas es pensarlas como inversiones. Una inversión temprana, que acumula una pequeña cantidad de intereses año tras año tras año durante tanto tiempo, puede generar una gran cantidad de ahorros cuando te jubilás. Cuanto más temprano invertís, más grande es la riqueza que finalmente obtenés porque la pequeña cantidad adicional de aprendizajes que tengas en cada grado, se suma a cada clase adicional a la que entrás, a cada trabajo. Esas buenas experiencias escalan de la misma manera en que lo hace una inversión.
-Esta correlación entre un buen maestro y los ingresos en el futuro, ¿pueden extenderse a un contexto cultural como el argentino donde el valor educación y la meritocracia no están tan profundamente instalados?
-Sin dudas los retornos económicos de una buena educación van a ser más altos en una sociedad donde la economía se construye alrededor de trabajos más complejos que requieren más entrenamiento, más conocimiento y creatividad. En una economía mucho más basada en conexiones con el gobierno, en contactos familiares, en trampas a las regulaciones, estos retornos van a existir pero van a ser más chicos.
-¿Usted tiene hijos?
-Dos chicos de 9 y 7 años.
-¿Un padre necesita estos "datos duros" para saber cuál maestra está haciendo bien su trabajo?
-Los padres estamos muy en la oscuridad sobre la calidad de los maestros de nuestros hijos. De todas maneras, como padre no estoy tan preocupado por si un maestro puntual es muy malo. Las escuelas muy buenas funcionan como verdaderos sistemas y dependen más de maestros trabajando en equipo que de las cualidades individuales de un maestro en particular. El problema es que esos ambientes colaborativos son muy poco frecuente y en general se lo deja solo al maestro, con toda la responsabilidad. En una escuela bien dirigida, no debería haber gran variación entre la calidad de las clases.

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