Hace unos días tuve una de esas experiencias de felicidad absoluta que ya no olvidas: estuve en un concierto de jazz tan extraordinario que a mi pareja se le saltaban las lágrimas mientras yo no podía parar de bailar en el asiento, de aplaudir y de gritar.
El concierto de Marcus Miller fue una explosión de fuerza y de sensaciones que me hablaron del poder de vivir y actuar desde nuestra verdadera esencia, tal y como él lo hace en el escenario (ytu vida es tu propio escenario).
Es el impacto que se genera cuando alguien está viviendo, y en este caso actuando, desde su mejor yo, con toda la pasión, con absoluta autenticidad, sin límites. Cuando la persona está conectada con su instinto, y CONFÍA en sí misma, porque se ha situado en un lugar de su interior que está más allá de ningún miedo o bloqueo.
Y es que cuando alguien vive desde dentro de su pasión, entregada a ella, cuando crees en tu instinto, sólo pueden suceder cosas extraordinarias.
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