miércoles, 12 de agosto de 2015

El día que Nietzsche lloró

- Me interesa mucho su pregunta referente a la causa del desorden del ritmo biológico. Como la mayoría de expertos en migraña, creo que una de las causas fundamentales radica en el nivel general de tensión personal. La tensión puede ser causada por una serie de factores psicológicos; por ejemplo, hechos perturbadores en el trabajo, la familia, las relaciones personales o la vida sexual. Si bien algunos consideran que este punto de vista es poco ortodoxo, yo creo que es la dirección que seguirá en el futuro la medicina. ¿Qué le parece mi respuesta, profesor Nietzsche?
- ¿Implica su posición que es el paciente quien elige la enfermedad?.
- No, no quería decir eso, aunque he conocido pacientes que, de un modo extraño sacan provecho de la enfermedad. ¿Es éste su caso?
- ¿Me beneficio yo, de alguna forma, de este sufrimiento? He reflexionado sobre esto durante años. Tal vez sí me beneficie. De dos maneras. Usted sugiere que los ataques son causados por la tensión, pero a veces sucede lo opuesto: que los ataques disipan la tensión. Mi trabajo produce tensión. Exige que me enfrente al lado oscuro de la existencia. El ataque de migraña, por terrible que sea, puede ser una convulsión purificadora que me permite continuar.
- Dice usted que se beneficia de dos maneras. ¿Cuál es la otra?
-Creo que me beneficio por mi problema de la vista. Desde hace años no puedo leer los pensamientos de otros pensadores. Así, separado de los demás, lucubro mis propios pensamientos. Desde el punto de vista intelectual, debo alimentarme de mí mismo. Quizá por eso he llegado a ser un filósofo sincero. Escribo a partir de mi propia experiencia."
Irvin D. Yalom - El día que Nietzsche lloró 

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