sábado, 7 de marzo de 2015

Sí, la pasión y la dedicación. Además, el trabajo en equipo.

http://jccubeirojc.blogspot.com/2015/03/medio-siglo-de-la-lucha-de-selma.html 
En ‘David y Goliat’, el sociólogo neoyorkino Malcolm Galdwell propone el caso de Martin Luther King. Una labor no de uno, sino de tres decisores: “el bueno, el feo y el malo”.
Gladwell cuenta que en 1963, cuando Martin Luther King llegó a Birmingham, su movimiento estaba en crisis. Había dedicado 9 meses liderando las propuestas en Albany, Georgia, 200 millas al sur, sin obtener avances significativos. Había pasado una década desde la decisión del Tribunal Supremo de que la segregación en las escuelas públicas era inconstitucional y los colegios seguían divididos. Alabama tenía un gobernador, “El Gran” Jim Folsom, que preconizaba la igualdad. Pero en los 60, el Senado y el Congreso estabn en manos de los segregacionistas duros. Birmingham era la ciudad más racista de EEUU, la “Johannesburgo del Sur”. Por las bombas del Ku Klux Klan, a la ciudad la llamaban “Bombingham”. El comisionado de seguridad, Eugene “el toro” Connor, mantenía a los blancos en un lado de la ciudad y a los negros en el otro. Decía que “los judíos eran como los negros”.
Cuando Martin Luther King llegó a Birmingham, celebró una reunión con su equipo. Y dijo: “Tengo que deciros que algunas de las personas que están hoy aquí no llegaran vivos a casa”. Se le notaba abrumado.
Sin embargo, tenía una ventaja: su experiencia en la lucha (en 1955, tras el arresto a Rosa Park, su casa fue bombardeada; en 1958, escapó de un atentado en una librería). Lo que no te mata te hace más fuerte.
King lideraba la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC), que era un gran equipo: Ralph Abernathy, Fred Shuttlesworth, Joseph Lowery. El director ejecutivo de la SCLC era Wyatt Walker. Walker estaba sobre el terreno en Birmingham desde el principio, y sabía muy bien que no se podía luchar de la forma convencional.
Wyatt Walker era el “tipo duro”. Martin Luther King, el líder benévolo que ha pasado a la historia (en 1963 obtuvo atención pública por la protesta no violenta en Brimingham y la brutalidad policial; ese mismo año tuvo lugar la “marcha sobre Washington” y el discurso ‘I have a dream’; en 1964, obtuvo el Premio Nobel de la Paz).

 “La disciplina, la paciencia y el amor son lo mismo”, César Millán (el encantador de perros).   

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