lunes, 5 de enero de 2015

¿CUÁL ES SU PROPÓSITO EN LA VIDA?

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 Nada está perdido si se tiene el coraje de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo [Julio Cortázar]
En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros. Que dejemos de interrogarnos sobre el sentido de la vida y, en cambio, pensemos en lo que la existencia nos reclama continua e incesantemente [Victor Frankl]
No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país [Kennedy]
En la película El cambio. De la ambición al significado, que es una conmovedora fuente de inspiración, Wayne Dyer reflexiona sobre el viaje espiritual que la mayoría de las personas realizan en el ecuador de su existencia, cuando buscamos un propósito que dote de sentido a nuestra vida.
Dyer afirma que en la primera parte de la vida, en el amanecer, seguimos el camino del ego: el de la ambición, la competición y el esfuerzo. También que en el atardecer de la vida efectuamos un cambio de valores que nos lleva a comportarnos desde la parte más auténtica de nuestro ser y a actuar en sintonía con esa energía de la que todos formamos parte. Por eso el subtítulo: De la ambición al significado. Dyer, creo que acertadamente, asegura que en último término esto es algo que todos vamos a entender antes o después. Aunque sea un instante antes de morir. Emocionante, lúcido y acertado.
En este punto son muchos los que se preguntan ¿Y cómo sé cuál es mi propósito en la vida?
Hacia el final de la película El cambio, hay una momento en el que Dyer afirma “No tienes que preguntarte cuál es tu propósito. Siempre lo encontrarás ayudando a los demás. […] Tocar la vida de alguien vale más que cualquier fortuna. […] No importa a qué te dediques […] lo que importa es que pongas tu atención en cómo servir a los otros. […] Puedes dirigir un negocio, despegándote del resultado y centrándose en dar servicio. La vida se convierte en vivir estas tres virtudes: ¿Cómo puedo ayudar, ser amable y sentir veneración?”
En este misma línea, Deepak Chopra divulgó con éxito el concepto de dharma en su libro Las siete leyes espirituales del éxito. Dharma significa “propósito en la vida” y es un concepto que afirma que cada uno tiene un propósito en la vida y un don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y cuando se combina éste con el servicio a los demás, experimentaremos felicidad, que es la última de todas las metas.
Cada semana me encuentro con personas que no saben cuál es su misión en la vida. Si ese es su caso, quizá alguna de las siguientes preguntas le faciliten ese proceso de descubrimiento de su propósito en la vida:
1- Cuando era niño o adolescente [antes de que probablemente se le llenara la cabeza de ruido sobre lo que hay que hacer y no hay que hacer en la vida]: ¿Cómo se imaginaba a usted mismo de mayor? ¿Tenía algún sueño? ¿Qué decía iba a ser de mayor?
2- ¿Hay algo en lo que sea especialmente bueno? ¿Dispone de algún talento o habilidad especial? Aquello en lo que somos buenos con frecuencia nos da pistas de cuáles son nuestros dones.
3- Si alguien pudiera asegurarle que le quedan diez meses de vida… ¿A qué le gustaría dedicarse?
En mi libro Vivir sin jefe, proponía además otras preguntas poderosas, que cito aquí sólo a modo de recordatorio:
– ¿Qué haría si tuviera la certeza absoluta de que va a tener éxito?
– ¿A qué se dedicaría si tuviera todo el dinero que pudiera llegar a necesitar para usted y para sus seres queridos?
La pregunta no es tanto ¿Cuál es el sentido de la vida?, sino más bien ¿Qué sentido quiero otorgarle yo a la vida? Algo que he observado es que aquellas personas que encuentran sus dones y deciden ponerlos al servicio de los demás viven una existencia más plena, más feliz, más satisfactoria.
Hace algún tiempo un amigo se fue a vivir a otro país indefinidamente para trabajar en un proyecto filantrópico. Cuando nos despedimos, casualmente, o no tanto, nos regalamos un libro. Su dedicatoria incluía una frase de Einstein que me parece reveladora y premonitoria: Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Pero para que todas estas preguntas resulten realmente efectivas, necesitan de usted honestidad, compromiso y dedicación:
  1. Honestidad, porque tiene que estar dispuesto a aceptar la respuesta, sea ésta cuál sea. Y si no está dispuesto, mejor no empiece.
  2. Compromiso, porque tiene que estar preparado a tomar las decisiones que se deriven de ellas; si no, nada cambiará.
  3. Y dedicación, porque es posible que se embarque en un proceso que lleve años. Quizá toda una vida. ¿Está dispuesto?
A veces, y lo sé por experiencia, se trata sólo de reconocer que esos dones están ahí, de asumir el regalo que la vida, por el motivo que sea, nos ha entregado. Se trata sólo de respetar lo que es, de respetarnos en lo que nos ha tocado. Y cuando escuchamos lo que es y lo aceptamos y decidimos emplearlo en servir a los demás, la vida escucha y responde. ¿Cuántas personas llevan una vida de espías, una vida de doble personalidad? Una vida en la que juegan a ser una cosa que, secreta e íntimamente, saben que no son. No sé qué será de este mundo el día que nos atrevamos a ser lo que somos, a brillar e iluminar a los demás con la luz propia que cada persona tiene.
Por cierto, quizá se encuentre en esa situación en la que es capaz de reconocer que tiene que encontrarle un nuevo sentido a su vida, que no le gusta lo que ha construido hasta ahora. Si delante de usted no ve más que niebla pero siente que tiene que haber algo más allá de ésta y esta dispuesto a hacer el camino para encontrarlo, si ese es su caso, permítame que le de mi enhorabuena. Hace falta tener mucho coraje para mirar alrededor y reconocer que quiere cambiar, que eso ya no funciona. Hace falta ser muy valiente para tomar esa determinación y para, como en la película Matrix, tomar la pastilla roja y optar por salir de esa apariencia de realidad. Por eso, porque sé lo que significa y porque soy consciente de lo difícil que puede llegar a ser, tiene mi reconocimiento y mi admiración.
No tema, porque de hecho cada día somos más personas las que queremos una vida llena de significado. Es una revolución silenciosa, es la revolución de la consciencia.
Si alberga dudas -y cada persona sabe íntimamente si las tiene o no- siga buscando. Este es el mejor amuleto que conozco: no rendirse. Cada uno tiene un sitio, y no me refiero a una ubicación física, del que ya no quiere moverse. Eso es la felicidad. Y merece la pena hacer una búsqueda honesta para encontrarlo. Al fin y al cabo, si no se esfuerza para esto, ¿para qué lo hará entonces?
SÓLO UNA VIDA VIVIDA PARA LOS DEMÁS MERECE LA PENA SER VIVIDA
Sergio Fernández

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