miércoles, 17 de diciembre de 2014

Lo que debes EVITAR

http://www.rinconpsicologia.com/2014/12/7-cosas-de-las-que-te-arrepentiras-el.html

Mirar atrás, asumiendo cierta distancia emocional, puede ser muy constructivo. Cuando miramos al pasado unimos todos los puntos que antes parecían inconexos y muchas cosas que antes no comprendíamos cobran sentido. Sin embargo, este ejercicio puede ser una espada de doble filo, sobre todo cuando nos arrepentimos, cuando creemos que hemos tomado malas decisiones, que debíamos haber hecho las cosas de otro modo. Entonces surge el arrepentimiento.

Aunque quizás lo más curioso es que solemos tropezar varias veces con la misma piedra por lo que a menudo terminamos arrepintiéndonos de las mismas cosas. Creamos un patrón decisional y comportamental que nos lleva a cometer siempre los mismos errores. La buena noticia es que el simple hecho de ser conscientes de ese patrón nos permitirá tomar las riendas de nuestra vida.

¿De qué nos arrepentimos más a menudo?


1. No haber tenido coraje. No hay nada peor que mirar atrás y pensar “si hubiera hecho…”. Rememora durante unos instantes todas esas cosas que pudiste haber hecho pero que nunca hiciste. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Qué crees que hubiera pasado si hubieras tomado otra decisión? Desgraciadamente, no puedes viajar en el tiempo y cambiar el pasado pero puedes cambiar el presente y tu futuro por lo que la próxima vez que quieras hacer algo, no lo dejes de lado. Arriésgate porque solo así sabrás si vale la pena. Recuerda que tener coraje no significa no tener miedo sino continuar adelante a pesar del temor.

2. No haberse esforzado lo suficiente. A veces, en un alarde de entusiasmo, nos atrevemos a embarcarnos en proyectos que nos apasionan. Sin embargo, dentro de nosotros una voz nos dice que fracasaremos. Por eso, nos rendimos ante el primer obstáculo. Todos, cuando miramos atrás, encontramos un momento en el cual nos dimos por vencidos. Sin embargo, ¿qué habría pasado si hubiésemos continuado esforzándonos, si hubiésemos creído en nuestro sueño? Probablemente nunca lo sabremos pero lo más importante es hacer de ese “fracaso” una experiencia. La próxima vez que estés a punto de abandonar algo que te apasiona, pregúntate si lo haces motivado por una decisión racional o por el miedo.

3. No haber sido flexible. La familiaridad y la rutina nos transmiten seguridad, creemos que nos mantienen a salvo de los problemas. Sin embargo, hay ocasiones en la vida en las que debemos abandonar nuestra zona de confort para lanzarnos a explorar otros territorios. No tener la flexibilidad suficiente como para cambiar y abrirse a nuevas experiencias será una de las cosas de las que, tarde o temprano, te arrepentirás. Por eso, comienza desde hoy a romper rutinas y ábrete a pequeñas propuestas que representen un cambio en tu forma de ver y experimentar la vida. 

4. No haberse disculpado. A muchas personas les resulta difícil pedir disculpas, ya sea porque se avergüenzan de ello o porque creen que implica rebajarse ante el otro. Sin embargo, cuando cometemos un error o le hacemos daño a una persona significativa, no hay nada peor que no pedir perdón, sobre todo si después, por alguna circunstancia de la vida, no vuelves a tener la oportunidad de decir cuánto lo sientes. Por eso, nunca retrases una disculpa, si has tenido la culpa, reconócelo y haz las paces. 

5. Haber sido demasiado orgulloso. Cuando debemos tomar una decisión importante, a menudo estamos embargados por distintas emociones. Casi siempre somos capaces de detectar la ira o la tristeza pero el orgullo o la soberbia se camuflan y no los notamos, aunque suelen estar en la base de algunas de las decisiones más importantes que hemos tomado en nuestra vida. Sin embargo, comportarse de forma soberbia implica parapetarse detrás de un escudo, pensar que solo nosotros tenemos la razón e incluso ir en contra de nuestros verdaderos deseos. Hay ocasiones en las que, para tomar una buena decisión de la cual no arrepentirnos, necesitamos dejar el orgullo a un lado y dejar hablar a la razón o al corazón.

6. No haberse detenido a tiempo. Hay ocasiones en las que tenemos una alarma interior que se dispara para decirnos que debemos detenernos. Sin embargo, a veces no le prestamos atención y hacemos oídos sordos a su llamado. Cuando nos empecinamos en un proyecto o en una relación desarrollamos una dependencia tóxica que nos impide aprovechar otras oportunidades, es como condenarnos al anquilosamiento o encarcelarnos por voluntad propia. Por eso, a veces no importa cuánto tiempo, dinero o esfuerzo hayas invertido en algo, lo más inteligente es parar. No olvides que para poder seguir, a veces hay que empezar de nuevo. 

7. Haber sido demasiado descuidado. El rechazo, la tristeza y el fracaso duelen, pero este dolor no es para toda la vida. Hay momentos en los que no puedes seguir por el camino que habías emprendido y necesitas hacer un alto para cuidar de ti mismo. Si no lo haces, es probable que un día te despiertes lleno de ira y resentimiento, sin saber siquiera cómo has llegado hasta ese punto. Lo mismo vale para la salud física. Hoy mismo es un buen día para cambiar los malos hábitos y cuidar más de ti. Mañana, cuando quieras hacerlo, quizás ya no tengas tiempo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario