Como comento en el artículo anterior, este verano tuve la feliz idea de hacer parte del Camino de Santiago. Ha sido una experiencia inigualable y de lo más satisfactoria; experiencia que recomiendo sobre todo para aquellos que quieran ver y vivir en directo un “espíritu” único de colaboración, liderazgo distribuido, equipo, orientación a las soluciones … acompañado por un buen clima de compañerismo, cordialidad, respeto … humor … excepcional, además de los paisajes bellísimos por los que discurre el Camino.
Y este es un sentimiento común a todas las personas que lo hemos hecho y con quien he hablado. Todas hablamos maravillas de la experiencia.
¿Qué tiene el Camino de Santiago que saca lo mejor de nosotros? Desde mi perspectiva el hecho de poner en práctica comportamientos (competencias) que los grandes “maestros” de la gestión y el liderazgo exponen como elementos clave para tener éxito en cualquier empresa:
1. Meta común: Todos tenemos una meta y el premio de llegar a ella siempre es premio, llegues el primero o el último y todos los “stakeholders” se alinean para que así sea, de forma que el premio trasciende la propia empresa y deja un reguero de “buenos sabores” a lo largo del Camino.
2. Autocompetitividad: Sólo compites contigo mismo por la satisfacción personal que te supone superar las diferentes etapas y cumplir con lo que te has propuesto.
3. Compañerismo y colaboración compartiendo logística, conocimientos y experiencia que facilitan el Camino. Increíble la labor de los “veteranos” y “hospitaleros voluntarios” a la hora de “instruirnos” a los novatos sobre el mismo y cómo te ayudan a que sea una mejor experiencia, como increíbles son los lazos de camaradería que se forjan, con independencia de la edad, la religión, la nacionalidad … (y diría que más allá de los idiomas). Cada uno aporta al colectivo lo que tiene y sabe, creando sinergias inolvidables.
4. Actitud positiva y foco en la solución: la distensión y el relajamiento que se produce en el Camino nos permite aceptar con humor situaciones, llamémoslas, “interesantes”, poner el foco en la solución y verlas como una anécdota que engrandece la experiencia.
Eso sí, para ello es básico ir preparados para los imprevistos y la aventura, por ejemplo, cuando llegas a un pueblo, los albergues y hoteles están al completo, llevas más de 30 km a tus espaldas y el siguiente (albergue) más cercano se encuentra ¿a 12 km?, el anterior a 3 km (con posibilidad de que te vayan a buscar) o la opción de pasar una noche de “superluna” de Agosto al raso …
5. Superación y tenacidad: A veces “por obligación”, porque la opción es llegar, beber agua, darte una buena ducha, comer … cuando te has quedado sin agua (y sin tentenpié que te ayude a restablecer tu energía) a 4 kilómetros de tu meta, bajo un sol abrasador y esos kilómetros se te hacen igual que el resto de los que llevas hechos … (de lo cual aprendes a planificar y prever mejor las etapas siguientes).
A veces por pura superación de ¿hasta dónde? … otras por la compañía …
6. Comunicación fluida que da pie a conversaciones enriquecedoras y provechosas, incluso sobre temas potencialmente controvertidos y que allí fluyen a través del diálogo y las ganas de comprender, lo que da lugar a posiciones convergentes y abiertas a soluciones alternativas y creativas.
7. …
Las empresas que desean un cambio hacia este tipo de competencias, deberían de fijarse en el Camino de Santiago. Desde mi perspectiva ha sido todo una experiencia en competencias 2.0 y 3.0 y que recomendaría a muchos directivos para que vivan en primera persona un ambiente de Alto Rendimiento Competencial (y de Valores), en el que el respeto a la diversidad de culturas, nacionalidades o creencias, junto con la colaboración, el compañerismo y el humor, diría que son las bases de las relaciones que se entablan; relaciones de las que aprendes y con quienes aprendes y disfrutas (eso sin contar beneficios colaterales como es la posibilidad de practicar y mejorar idiomas, nacionales e internacionales, principalmente el inglés, el francés y el catalán, ponerte en forma, discernir lo importante de lo superfluo, el valor del tiempo y la planificación …).
En conclusión, si deseáis experimentar de forma práctica y vivencial (y ayudar a vuestro desarrollo de) competencias 2.0 y 3.0, aprendizaje, emociones energetizantes, relaciones interesantes, risas y distensión día sí y día también, os lo recomiendo. Vivir el “espíritu y la magia del Camino” marca y acompaña al siguiente “camino”, nuestro día a día.
Y, desde aquí, agradecer a unas personas muy especiales, que fueron clave para que haya sido la gran experiencia que ha sido: Noe, Arnald, Joseba, Nell, Aina, Marta, Rosa, Sonia, Günter y Fran …
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- Fotos realizadas a lo largo del camino.
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