martes, 5 de agosto de 2014

Sin reservas

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La reserva cognitiva es el capital intelectual que permite tolerar cambios derivados de la edad o de patologías, sin presentar síntomas adversos. Un funcionamiento cognitivo superior a lo esperable, al realizar autopsias con deterioro cerebral importante, logró que los neurocientíficos desarrollaran el concepto de reserva cognitiva, que se relaciona con la forma en que  manejan las informaciones  y se procesan. Factores como nivel de educación, actividades recreativas estimulantes, el bilingüismo, están fuertemente ligados a su formación y mantenimiento.
Se puede tener un nivel avanzado de educación porque el cerebro esta genéticamente habilitado para ello, o porque al  realizar ciertas actividades se mejora la estructura cerebral, haciéndola más resistente. Existen dos tipos de reserva neural. Una es producto de las diferencias individuales de procesamiento, que las hace más resistentes a ser dañadas y otra donde redes neuronales alternas remplazan a las redes neurales afectadas
Una vida intelectual y socialmente activa protege frente al deterioro cognitivo. Una persona con Alzheimer que tiene una alta reserva cognitiva no mostrará signos de deterioro hasta que la enfermedad esté más avanzada, por tanto se retrasan sus efectos. Esta capacidad ofrece una interesante vía para la prevención, o al menos para el retraso del declive cognitivo, basado en el perfeccionamiento y entrenamiento de las funciones cognitivas.
El caso de las monjas. En una comunidad religiosa se advirtió en el análisis post mortem, que algunas que tenían las funciones intelectuales intactas tenían rasgos compatibles con el mal de Alzheimer, entre ellas sólo el 10% desarrolló la enfermedad. En cambio el 80% de las que tenían baja habilidad lingüística la tuvieron. También se observó similar correlación en la actitud negativa ante la vida en las que desarrollaron el mal.
Los trastornos no causan igual efecto en mentes con mantenimiento cerebral. La condición es que la persona no se jubile intelectualmente.
Las dietas que se indican a las personas con hipertensión, combinadas con la práctica regular de actividad física, han mostrado ser útiles para reducir el riesgo de Alzheimer. Investigadores de la Universidad de Utah,  llegaron a esa conclusión tras estudiar a 3831 personas de más de 65 años, que fueron sometidas a evaluaciones cognitivas y sobre su alimentación. El estudio mostró que aquellos voluntarios cuya alimentación se asemejaban a la llamada dieta DASH obtuvieron mayores puntajes en los exámenes cognitivos. La dieta DASH hace especial hincapié en la inclusión de granos enteros, verduras, lácteos bajos en grasa y frutos secos, como también en una reducción del consumo de sal.
Que la medicina sea tu alimento y que ese alimento sea tu medicina, dijo Hipócrates. Sin embargo crece la comida basura y los chicos la comen. La educación debería ayudar a crear buenos hábitos alimentarios y que la gimnasia mental sea el alimento del espíritu. Alzheimer es además una enfermedad cultural y la posible epidemia del siglo. La medicina puede lograr que la gente viva una cuarta edad, que va de los 80 a los 100 años. No es tan bueno agregarle más años a la vida como sumarle más vida a los años. Para ello el cerebro cuenta con la reserva cognitiva, que crece gracias a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro de reformatearse con la educación y la experiencia. Verdi nunca se jubiló porque amaba lo que hacía. Cuando al cumplir 80 años le preguntaros sobre el secreto de su longevidad creativa contestó: “toda la vida busqué la perfección pero no la pude alcanzar”. El círculo virtuoso comienza con la educación, la salud y la educación deben convertirse en políticas de estado.
La estimulación del cerebro incluye una vida sana, una dieta saludable, reducir el distrés, practicar actividad física, disminuir el riesgo cardiovascular, meditar, dormir bien y tener una vida social activa. Es una orquesta biológica que funciona a favor de la salud. La actividad física aumenta el crecimiento del cerebro. El oxígeno es su alimento y el flujo sanguíneo mejora el potencial de las neuronas,  permite crear neuronas nuevas y mejora la plasticidad neuronal esencial para el aprendizaje y la memoria. Los neurotransmisores también aumentan con el ejercicio.
 “No conozco a ningún ajedrecista de alta competición que haya padecido Alzheimer. Los más veteranos jugadores han fallecido o tuvieron algún otro tipo de enfermedad pero nada que los relacione con Alzheimer. Hasta hoy nadie me ha dicho que algún maestro de ajedrez lo sufrió. Es un tema que la medicina debería explorar más, porque algo hace el ajedrez en las neuronas de las personas que lo practican para que el Alzheimer no pueda ingresar en esas mentes. -Oscar Panno. Maestro internacional argentino.
¿Por qué ningún  ajedrecista famoso lo tuvo? ¿Qué gimnasia mental enseñamos en la escuela?  Por ahora Educación y Ciencia no van de la mano ni miran en la misma dirección.  El aula debería ser el laboratorio- gimnasio para prevenir en vez de curar. Los maestros del ajedrez usan partes ocultas del cerebro, según el Instituto Riken de Japón. Los jugadores entrenados usan dos zonas, pero un experto las usa todas. Los amateurs usan el precuneus, del lóbulo parietal, los profesionales llegan también el núcleo caudado, en el centro del cerebro, desde la corteza cerebral.
El cerebro tiene una plasticidad que facilita su entrenamiento. En la mayoría de las conductas, suma lo innato de la genética heredada y lo aprendido del ambiente. El estudio valora la parte intuitiva que tienen los maestros, y que se puede trasladar a otras disciplinas.
La gimnasia mental preventiva y la vida creativa combaten las patologías cerebrales. La gente común puede entrenarse
El carácter psicosomático de las enfermedades permite sumar a la relación  mente-cuerpo el valor de los métodos, que constituyen la mayor riqueza del hombre. El efecto placebo explica como un fármaco inocuo cura porque se cree que lo hará.
Hubo una fuerza dentro de mí y mi cuerpo redescubrió su vitalidad, afirmó la monja Marie Simon-Pierre al recordar el día en que el mal de Parkinson desapareció sin explicación científica y que atribuyó a la milagrosa gestión del papa Juan Pablo Il. .
El ajedrez fomenta el desafío ante lo nuevo. En el Imperio romano la expectativa de vida era de 22 años, a comienzos del siglo XX, de 50, hoy ronda los 80. Esto permite detectar dolencias que surgen en la Tercera edad. La mente que practica mejora su rendimiento como un músculo que se desarrolla cuando se lo ejercita: en la niñez, es fundamental, en la vejez imprescindible. El que ejercita su cerebro aumenta su reserva sináptica -las conexiones entre neuronas-  que protegen del deterioro cognitivo. Quienes poseen una vida intelectual activa tienen menos probabilidad enfermar.
La actividad intelectual sostenida mantiene la conexión y la hace más eficiente porque las sinapsis crecen con mensajes y aumenta el número de receptores. Lo que no se usa se pierde y al usar el cerebro aumenta la reserva sináptica que lo protege.
Mente sana en cuerpo sano. El estilo de vida debe ser amigable con el cerebro. Hay que comer bien. Evitar el estrés y los estados de ánimo negativos evitan un impacto negativo en la memoria, al igual que trastornos de sueño y fatiga crónica. Conviene dedicar tiempo al ocio y a la relajación. Mantener una vida social activa. El contacto social es fundamental, sin abusar del alcohol y el tabaco, realizar actividad física periódica, mantener una actitud relajada, disfrutar de la vida, mantener una amplia gama de intereses y hobbies  e intercambiar momentos y opiniones con personas de menor edad. Inteligencia, educación, nivel ocupacional, hábitos dietéticos, actividades placenteras, estilo de vida, educación temprana y actividad intelectual en la edad adulta; son componentes activos de la reserva cognitiva. Los invito a entrenarse con este ejercicio
Los hábitos saludables a temprana. Optar por hábitos saludables puede reducir el 33% de los casos de Alzheimer; pero como la salud cerebral se construye de a poco es más recomendable tomar la decisión de cambiar las costumbres cuanto antes. El factor de riesgo más importante es la edad. Un tercio de las personas de más de 85 años va a tenerlo, pero puede reducirse si se evita la inactividad física y la mala educación. Cerebros más sanos harán más difícil enfermarse. ¿Cómo hacer para lograrlo? Interviniendo en los factores en los que sí se puede hacer algo: cambiando hábitos.
Entre los factores identificados por los expertos, la mayor proporción de casos de personas con Alzheimer son atribuidos a la inactividad física. Es una enfermedad degenerativa del cerebro, que se produce por la pérdida de una sustancia que permite que las células nerviosas se comuniquen entre ellas, función que disminuye progresivamente y afecta el aprendizaje, la memoria y el pensamiento.
Rita Levi Montalcini nació en 1909. En 1986, obtuvo el premio Nobel de Medicina, por aislar el factor del crecimiento neuronal. Al cumplir 100, se mantenía activa y lo explica por la plasticidad del cerebro. Pese a que mueren muchas neuronas se  crean nuevos caminos si se lo estimula.
El cerebro no se arruga, el cuerpo sí. Esta frase es su marca registrada. Perseguida en la 2da guerra mundial, convirtió su dormitorio en un laboratorio. En su libro  “El as en la manga” dice que el cerebro es el “as” en el juego de la vida para optimizar la actividad mental. Así la plasticidad cerebral compensa la pérdida de neuronas reorganizando a las que sobreviven. Son requisitos la curiosidad, el empeño y la pasión. El arrugue del cerebro es necesario para que la neuronas quepan en el cráneo que las protege, así como se arruga una hoja dentro de un vaso. Al nacer el cerebro pesa 375 gramos,  a los 4 años 1.5 kilos. Las neuronas estaban y luego se conectan. Los axones son como cables información  entre ellas.
El cerebro del niño al nacer es una página en blanco a completar con la educación y la experiencia. Los bebés no se bastan a sí mismos pero una tortuga recién nacida no depende de nadie. Esa debilidad le brindará la oportunidad. Muchas destrezas superan a las que surgen del instinto o la genética. La habilidad madre es tallar el alfabeto en el cerebro, capacidad mágica que le da a la larga la superioridad sobre todas las especies.
Habilidades como imaginar, aprender o razonar, se desarrollan resolviendo problemas. El cerebro madura estimulando las conexiones sin esperar se organice totalmente para saciar la curiosidad y afrontar desafíos. Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos, ricos y avaros, enamorados y sin amor, lúcidos y viejos. El anciano compensa su menor agilidad, con la inteligencia cristalizada, sabiduría fruto de la experiencia y del conocimiento.
El cerebro cambia con la calidad de vida, una vida aburrida es un seguro de que el cerebro también lo será. Al analizar un hemisferio cerebral hay que tener claro que es la mitad de la estructura de un órgano único de dos partes, no como el riñón donde se puede perder  uno y el otro sigue trabajando. Sin la mitad del cerebro se pierde información única y específica que no puede ser reemplazada por la otra mitad. El cerebro es el órgano más organizado y complejo de nuestra anatomía, se desarrolla durante toda la vida, porque durante toda la vida somos capaces de aprender.
Cuando murió Einstein se investigó su cerebro. No surgieron diferencias, su peso era el mismo que el de los cerebros comunes. No valía por su peso sino por la forma en que lo hacía funcionar. Las neuronas que surgen de la experiencia, las que relacionan unas con otras, llamadas células gliales estaban más presentes. Esto marcaría la diferencia entre el hardware, el cerebro físico y la mente como la fórmula con la que opera. Por eso Einstein dijo: hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
El poder inteligente tiene dos fuentes, en el hemisferio derecho – el del artista- obtiene las ideas, el izquierdo – el hemisferio del científico-organiza  el resultado de la imaginación. Cuando Einstein se atascaba, tocaba su violín hasta dar con la solución. Tenía una sensibilidad especial y prefería las impresiones sensoriales a las palabras. En la teoría de la relatividad se imaginó a sí mismo viajando en la punta de un rayo de luz.
El cerebro alude al sistema nervioso, la mente consciente a la actividad. El cerebro tiene un significado concreto, la mente  otro psíquico y abstracto. El pensamiento los combina, ya que, como implica autoconciencia, es una función derivada de la evolución. El cerebro es un todo unitario y el soporte de la mente. Cuanto mayor sea nuestra reserva cognitiva, más sabremos de las funciones mentales y cuando más las perfeccionemos a través de la educación y de la gimnasia mental, más rápidamente y hasta la muerte, evolucionará la capacidad cerebral.
Dr. Horacio Krell Ceo de Ilvem. Mail de contacto: horaciokrell@ilvem.com

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