jueves, 14 de agosto de 2014

Es TAN FÁCIL Hacer Esto…

http://eldiadespues.net/reconocimiento/

Por Gonzalo Fuentes

Hace poco una amiga mía me decía: “Que poco cuesta hacer feliz a alguien.” Y tiene razón. Podríamos repartir felicidad más a menudo. ¿Y no sería magnífico vivir en un mundo en el que todos repartieramos más felicidad? Un mundo abundante de felicidad…

Lo que ocurre es que ahora vivimos de tal manera que PARECE que para ser feliz hace falta abundancia sólo de determinadas cosas. ¿Pero dónde reside la felicidad? ¿Y de qué manera podemos hacer más feliz a alguien?

Simples detalles. Ahí reside la magia. En el fondo, lo que todos ansiamos, lo que todos queremos recibir, no es tanto poseer, sino otra cosa…

Reconocimiento.

Reconocimiento de que estamos aquí, de que estamos esforzándonos por crecer y de que nuestra simple presencia aporta algo al mundo. Eso nos hincha de felicidad.

No cuesta nada abrirse un poquito y regalar un poco de reconocimiento a otra persona. A un amigo, a tu hermano, a tu madre, a tu padre, a tu hermana, a tu pareja, a un compañero de trabajo, a un extraño. Reconocimiento.

¿Pero a qué me refiero exactamente con “reconocimiento”?

El reconocimiento se puede expresar de distintas maneras:

El reconocimiento puede ser simplemente una caricia o un abrazo. Acercarte a alguien y regalarle una caricia en la mano, en el brazo, en el rostro,… Una caricia amorosa y respetuosa, que no busca nada.  Pero esa caricia habla por sí sola. Esa caricia quiere decir: “eres importante para m픓gracias por estar aqu픓te quiero”“qué bien tenerte cerca”“qué fuerte, estamos juntos en esta locura”. Y la otra persona recibe el mensaje.

El reconocimiento puede ser simplemente una mirada. Una mirada de amor, una mirada de comprensión, una mirada que abraza, una mirada de “te veo”, una mirada de pasión. Las palabras a veces son innecesarias. Una mirada llega directamente al corazón. Hay que ser valiente para mirar de verdad. Pero la recompensa es grande. Una simple mirada puede levantar el ánimo a otra persona por el resto del día. Fácil, ¿no?

El reconocimiento puede ser simplemente verbalizar una admiración. Y no hablo de admiraciones de grandes dimensiones. No necesitas ídolos para admirar. Le puedes decir a alguien lo bien que se maneja con algo. Aunque él o ella lo sepa. Aunque tú lo sepas. Díselo. Es bonito que sepa que lo sepas y es bonito recordárselo. Le puedes decir a otra persona lo bonita que es su voz. O lo bien que ejerce de madre. O que te gusta cómo se expresa. O lo bien que hace su trabajo. O cómo le brillan los ojos hoy y lo bonitos que siempre te han parecido. No tiene porqué ser tu pareja. No tienes porqué reservar la intimidad siempre para tu pareja.Puedes regalar admiración al mundo. Y todos, absolutamente TODOS, tenemos algo admirable.

El reconocimiento puede ser simplemente quedar con una persona. Porque te gusta estar en su presencia, porque te gusta charlar con ella, porque te gusta abrirte y porque te interesa incondicionalmente lo que tenga que contarte sobre su vida.

El reconocimiento puede ser simplemente decir “te quiero” o “gracias”. Cuando estas palabras surgen espontáneamente y sin esperar nada a cambio, surge la magia. El otro ocupa un poco más de espacio en este mundo.

Estas son algunas maneras de “reconocer” al otro. Experimenta con ellas.

Qué fácil es repartir felicidad al mundo.

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