lunes, 7 de julio de 2014

¿Qué sería de nosotros sin fantasía?

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POR ÁNGELES GARCÍA
S
i no fuera por ella, el pasado no existiría. No, desde nuestro presente. Porque dice el diccionario que Fantasía es la facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas. ¡Qué cosas! Quién no hubiera dicho que eso es imaginación.


Así pues, fantaseamos con los primeros humanos que poblaron la tierra hace millones de años. Les ponemos caras, los vestimos, les damos voz… Los cobijamos en cuevas, se las adornamos con pinturas, les fabricamos herramientas. Les dotamos de sentimientos. Les enseñamos a cazar. Les enseñamos a escribir y a cultivar la tierra. Y así, fantaseando, explicamos cómo hemos llegado a ser lo que hoy somos.
Sí, puede que la RAE tenga razón y la fantasía sea eso,imaginar un pasado. Anclada a un pasado lejano se encontraba también la literatura que leía Alonso Quijano. Esas novelas de caballerías que le hicieron enloquecer y le convirtieron para siempre en Don Quijote, pobre loco que se volvió cuerdo cuando la fantasía se esfumó. Solo Gustave Doré fue capaz de devolverle el sueño. Y gracias a Cervantes y a su fantástico Quijote hemos podido soñar nosotros también con Amadís de Gaula y Tirant lo Blanc.
Fantasía quiso ser la falsa moral del dios Disney, que disfrazó a un ratón de aprendiz de mago y le hizo bailar con una escoba. «Moraleja», escribió después, y le robó esa libertad que dan los sueños y la imaginación. Después del ratón, aprisionó a Cenicienta y a Blancanieves y a la Bella Durmiente, y las casó con príncipes azules que las hicieron felices en castillos de cristal. Menos mal que los sueños de nuestros hijos las rescataron de su jaula y las soñaron libres. Porque eso es la libertad: la fantasía eterna del hombre.
Michael Ende llamó Fantasía al reino de la Emperatriz Infantil amenazado por la Nada. Y allí nacieron Bastian, Atreyu y Fújur para recorrerlo en rojo y verde, cuando aún no sabíamos nada de tipografías ni de sus leyes, en unaHistoria interminable. Ende usó la llave de la fantasía para abrir la puerta de la realidad. Porque para encontrar lo real antes hay que haber pasado por lo fantástico. ¿No somos acaso el sueño de un demiurgo? ¿No seremos los Bastian, Atreyu y Fújur de un Ende celestial que nos imagina?
¿Y Dios? Qué mayor fantasía que la necesidad de creer en algo. La necesidad de saber de dónde venimos y adónde iremos. ¡Cómo se explica si no, la religión! Fantasía multitudinaria que guía el mundo y lo castra o lo eleva, según creamos en el sueño o no.
Qué sería de nosotros sin fantasía. Cómo avanzar sin sueños, sin pegasos, sin hadas buenas que nos cuenten cuentos por la noche. Cómo convertir una caja de cartón en una carroza. Cómo hacer que un palo sea el instrumento mágico que transforme al hombre en rana o a la rana en príncipe. Qué sería de nosotros sin imaginar dragones y brujas. Cómo entender el miedo. Drácula, Nosferatu, Barba Azul, Frankenstein, Annie Wilkes, Carry… quizá no sean solo personajes de ficción. Si cierras los ojos y los ves, ¿no sigues temblando?
La fantasía da nombre a joyas de imitación y al pavoneo altanero de quien se cree superior sin serlo. Es una mentira. Pero la mentira nos divierte. Solo así somos ricos y poseemos mansiones. Solo así besamos al más guapo antes que la reina del baile y perdemos 30 kilos solo con leer el anuncio de Natur House. Falso. Es falso. ¡Pero qué fantástico sería si se hiciera realidad!
La fantasía es también música. Notas que te envuelven y juegan en tus oídos, compás loco que te hace soñar, que se divierte con el ritmo y se lo inventa. Así lo imaginaron BachChopin.
Con música salvó Sisa a sus héroes fantásticos. «Benvinguts, passeu, passeu», les dijo, y ellos vinieron. A los demás, también nos invitó a entrar.
«També pots venir si vols.
T’esperem, hi ha lloc per tots.
El temps no compta ni l’espai…
Qualsevol nit pot sortir el sol.»
Yo acepté la invitación y aquí estoy con todos ellos, planeando un viaje a ese lugar más allá del arcoíris. Judy Garland nos presta su mansión. Mortadelo, Filemón, Zipi y Zape, la Momia, Romeo y Julieta, Supermán, el Duende Verde, Pulgarcito, el Chupacabras, el Sacamantecas, Dorothy, Espantapájaros, el Hombre de Hojalata, el León miedoso, la cura del Sida, la teletransportación, el primer amor que ni fue amor ni fue nada, el fin del hambre en el mundo, mi padre aún vivo besándome al saber que iba a ser abuelo por primera vez, la escalera al cielo de Led Zeppelin, el Comando G, Marco, Heidi, Yungo y su saltamontes verde…
Si no te apetece entrar, por favor, quédate fuera y no molestes.

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