martes, 22 de julio de 2014

Leyendo la mente del calzado

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POR ADVERTORIAL
U
n satori es un animal mitológico japonés. Descrito en la enciclopedia de los Yokai, es una especie de mono que los campesinos y samurais se encontraban en las montañas. Se decía que leyendo la mente de las personas, era capaz de decir lo que veía en viva voz antes de que el ser humano supiera tan siquiera que lo estaba pensando. En el idioma local significa, lógicamente, percepción o entendimiento, y es uno de los conceptos clave en la filosofía zen.


Este es el «profundo significado» que llevó a Alejandro Monzó, un emprendedor de Alicante que se autodefine a sí mismo como creado a base de trabajo y esfuerzo máximo, a bautizar Satorisan a su marca de calzado. «Para nosotros», explica, «el verdadero equilibro solo se obtiene teniendo un entendimiento completo de lo que nos rodea».
Su último paso en esta dirección son las benirras, un calzado de alta calidad tanto por los materiales que lo componen como por su singular construcción. Híbrido entre calzado tradicional y sandalias, «100% de piel, hechas a mano y sin costuras», a la hora de alabar su trabajo, Monzó asegura que «una vez que te las pongas no te las querrás quitar» debido a «su diseño superfuncional, único y divino que te hace sentir cosas especiales desde el primer momento». Por supuesto, este diseño está registrado.
SATORISAN_BENIRRAS
Para Monzó, la filosofía de su marca se resume en el palabra «equilibrio». «Es lo que buscamos en todo lo que hacemos», cuenta, «tanto en el producto como en nuestros valores y filosofía de marca». Esta puede resumirse como un calzado para la gente que no está dispuesta a seguir las modas y sí a probar algo nuevo, que son exploradores de su propia vida y capaces de marcar el camino.
Con el fin de lograr esto, Satorisan usa pieles y materiales de primera calidad, tratamientos especiales y únicos para darle a cada zapato un aspecto diferente. Justo lo que busca la gente ya que, como el satori del cuento, puede expresar nuestros deseos incluso antes de que pudiéramos verbalizarlos.

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