viernes, 18 de julio de 2014

¿In pursuit of happiness?

http://enbuscadeantares.com/2014/07/17/materialismo-in-pursuit-of-happiness/ 
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La felicidad es un concepto tan sencillo pero tan complicado a la vez.
Un ejemplo de su complejidad lo encontramos en la Carta Magna de los Estados Unidos de América. En ese documento, los padres fundadores de esta nación establecieron que todos los hombres son creados iguales y que por lo mismo, son dotados de derechos inalienables a la Vida, a la Libertad y a la búsqueda de la felicidad.
Pero por la simpleza que aparenta este concepto, quizá, solo quizá,Adams, Franklin, Hamilton, Jefferson, Madison y Washington, hayan omitido algún otro adjetivo o consideración al respecto en tan importante documento.
Y es que curiosamente, o no tanto, nuestro vecino país del norte es desde hace ya muchos años el pináculo del capitalismo, del consumismo, del materialismoLos Estados Unidos son la cúspide de un sistema que en palabras de Arthur Brooks, uno de los intelectuales conservadores más influyentes de su nación, ha promovido un régimen de veneración por uno mismo, de amor a las cosas materiales y que incita a usar a las personas como un medio.
Y ¿con qué fin se alimenta al ego, se desea insaciablemente la adquisición de bienes, se compran compulsivamente artículos de lujo y se manipula a los demás para obtener poder, riqueza y reconocimiento?
La respuesta es sencilla: también para ser feliz.
Sin embargo, la felicidad que el materialismo ofrece es por naturaleza impermanente, efímera e insostenible. Entonces llega el gran predicamento de la existencia humana pero la clave al éxito del consumismo: la insatisfacción.
Hace 217 años, con una gran visión y humanismo, los grandes artificies del que se convirtió en el país más poderoso del mundo dieron a sus connacionales el derecho a buscar la felicidad. Sin embargo, hoy día y viendo la terrible crisis de salud mental que atraviesa los Estados Unidos (provocada por ansiedad, estrés y depresión principalmente), podemos asumir que desde que se firmó la Constitución se ha reflexionado y profundizado muy poco sobre la naturaleza de la felicidad.
Brooks asegura poder aterrizar algunos conceptos de estas milenarias filosofías y formas de vida en pos de redefinir lo que representa ser un conservador en su país.
(…)Ya no sirve hablar sólo de dinero, de beneficios, de eficiencia. “La fórmula del materialismo es: venérate a ti mismo, ama las cosas y usa a las personas”, dice. “La fórmula correcta para una vida feliz, una vida no materialista, es: venera a Dios, ama a las personas y usa las cosas”.
Por lo que por un lado, me parece esperanzador que un hombre con tanta influencia en la vida política de los Estados Unidos, se preocupe y se ocupe activamente por profundizar en un tema tan significativo para la humanidad como lo es la felicidad.
(…) Brooks ha visitado en Dharamsala (India) a los monjes tibetanos del Dalai Lama, ha estudiado textos espirituales orientales y ha convertido la sede del AEI, en Washington, en un foro de discusión sobre la felicidad humana. La aproximación a la espiritualidad asiática en este templo del conservadurismo norteamerican coincide con la frialdad hacia el Papa Francisco: sus críticas al capitalismo han incomodado a la derecha católica.
Claro que por el otro, para nadie debe ser un secreto, y como dice el propio artículo, que de la mano del Tea Party, los Republicanos han quedado muy mal parados ante la opinión pública en los últimos años. Y en camino a un nuevo proceso electoral en el vecino país del norte, vale la pena también preguntarse ¿qué tanto este interés de Brooks también pude ser un estrategia para que su partido deje de ser visto como el de los materialistas por excelencia?
Al tiempo. Pero este ingenuo que escribe, admira y sigue al Dalai Lama, espera que la extraordinaria calidad humana y sabiduría que distingue al líder espiritual del pueblo tibetano, en verdad hayan impactado y dejado huella en este influyente intelectual estadounidense que ahora estaré siguiendo muy de cerca.

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