lunes, 14 de abril de 2014

LEONARDO, EL CIENTÍFICO INTEGRAL


mona lisaCon la frase “Me fastidia que me llamen pintor”, escrita por el propio Leonardo a fines del Siglo XV, la doctora en historia y teoría del Arte, Claudia Campaña, logró sumergir al público -que llegó en gran volumen a escuchar su charla en el edificio del Ferrocarril de Antofagasta- en el gran universo del maestro renancentista remarcando, con énfasis, que Leonardo no fue sólo un pintor, sino que más bien un auténtico científico que buscó en cada etapa de su vida descubrir el misterio de la naturaleza.
La pintura, explicaba Campaña, bajo el notorio asombro de los asistentes, “fue también una excusa”, que tuvo Leonardo para exponer su investigación sobre el “microcosmos” que habla del ser humano, y el “macrocosmos” que habla de la naturaleza, del planeta.
Uno de los momentos que causó gran atención a la audiencia fue cuando Campaña introdujo al público en los secretos de la “Mona Lisa”.
Fuera de repetir la idea de que se estaba en presencia de una “obra maestra”, la doctora en teoría del Arte reparó en la valoración que se tenía de las mujeres en el siglo XVI en Europa. “Las mujeres recibían como regalo un retrato cuando daban a sus esposos un hijo varón”, señaló. Este retrato siempre era de perfil -continuaba- porque las mujeres no podían mirar hacia afuera- “debían ser obedientes”, además que desde esa orientación dejaban en primer plano la “manga del vestido”, que era la prenda (intercambiable) en el que las mujeres casadas lucían el escudo familiar de su marido.
La Gioconda, explicaba Campaña, vino a romper esos cánones sociales. Pero no sólo eso, sino también la forma de pintar. “En esta tablita no hay líneas y es una demostración más del genuino interés del maestro de pintar de adentro hacia afuera”, es decir, pintar con el conocimiento real del cuerpo humano, desde lo que hay dentro del cuerpo, hacia afuera.
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Doctora en teoría del arte, Claudia Campaña.
Otro de los ejemplos citados por la teórica, fueron los múltiples dibujos que dejó Leonardo del cuerpo humano, conocimiento que logró a través de sus exámenes a cadáveres. “Por ejemplo, él quería saber cómo funcionaba el ojo humano. Entonces tomó el ojo de un muerto, lo cocinó, como quien cocina un huevo y lo partió por la mistad, entonces dijo: Ah, ahora ya entiendo”.
Fue tanto el interés por Leonardo, que la charla de Campaña sería la única de toda la oferta de Puerto de Ideas que se repitió en el fesrival.

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