miércoles, 16 de abril de 2014

El Que Guarda Siempre Tiene…

http://www.claseejecutiva.cl/blog/2014/04/el-que-guarda-siempre-tiene/ 

Eso nos decían cuando chicos, y tenían razón.


¿TENER O NO TENER INVENTARIOS?

Aunque parafrasear a Shakespeare puede ser de mal gusto, la disyuntiva de tener o no tener inventarios puede ser un problema casi existencial. Por un lado, es malo tenerlos, ya que generan costos, y por otro, no tenerlos también puede ser costoso.
Todos saben lo costoso que puede ser para una tienda, por ejemplo, no tener el producto que el cliente necesita. No solo se pierde la venta, muchas veces el cliente molesto puede optar por no volver.
También puede ser costoso no tener suficiente materia prima, ya que puede obligar a detener el proceso productivo y retrasar la entrega de los productos terminados.
¿Cómo se resuelve esta disyuntiva? Teniendo inventario, pero solo lo que se necesita. Cuál es este nivel mínimo depende de muchos aspectos. Depende en forma muy importante de la estrategia de producción de la empresa.
Si una firma decide producir contra inventario, significa que mantendrá un cierto nivel de inventario de sus productos, de modo que, cuando el cliente necesite el producto, se lo pueda llevar de inmediato.
Algunas viñas usan una solución híbrida en sus inventarios para abastecer al mercado internacional: embotellan, pero dejan el etiquetado para después.

TAMBIÉN A CONTRA ORDEN

Otra estrategia es producir contra órdenes, que significa que la empresa espera a tener una orden por un determinado producto antes de empezar a fabricarlo. En este caso, el cliente tiene que estar dispuesto a esperar para que le entreguen el producto y el nivel de inventario de producto terminado es cero.
Hay estrategias híbridas, es decir, un poco de ambas. Usando nuestro ejemplo favorito, la industria del vino, en el caso del mercado internacional, algunas viñas pueden tener listo el vino para embarcar apenas llega la orden. Esto les permite dar un excelente servicio.
Sin embargo, si la viña exporta a distintos mercados tendría que tener productos distintos para cada uno de ellos, ya que la etiqueta es diferente, aún cuando el contenido es igual. Por eso, puede optar por esperar hasta que llegue la orden antes de embotellar y etiquetar el vino, lo que implica que el cliente tiene que esperar más tiempo para recibir su pedido.
Una opción híbrida es solo embotellar y postergar el etiquetado para cuando se tenga la orden. Así se puede despachar más rápido, sin necesidad de tener niveles de inventarios tan altos.
También se necesita inventario cuando hay restricciones en la capacidad de producción. Por ejemplo, si una fábrica vende 120.000 camisetas de la selección chilena durante el mes del mundial, y es capaz de producir solamente 10.000 al mes, debiera empezar a producir al menos once meses antes para cubrir la demanda.
Alternativamente, la empresa podría comprar maquinaria para producir 120.000 camisetas en un solo mes, pero esto sería muy costoso, aún con depreciación instantánea.
En general, los inventarios permiten desacoplar las restricciones del proceso productivo de los requerimientos variables de los clientes.
Similarmente, inventarios de producto semielaborado pueden requerirse para evitar que posibles fallas en un eslabón del proceso productivo afecten a los posteriores.
También hay inventarios que son imposibles de evitar, como los de productos en viaje y otros en proceso, los que igualmente generan costos para la empresa. Así, si bien es buena idea tratar de minimizar los inventarios, eliminarlos del todo es imposible.

¿CUÁNTO CUESTA MANTENERLOS?

Uno de los problemas de los inventarios es que muchas veces los costos de mantenerlos no se ven claramente. Hay algunos que son obvios, como los relacionados con las bodegas y centros de distribución. Es claro que hay que pagar por arrendarlos o invertir dinero en construirlos, sin mencionar sus costos de operación, como el personal y la electricidad.
Sin embargo, hay costos que son más difíciles de percibir, como el costo de oportunidad, que se genera por tener dinero inmovilizado en inventario. Por ejemplo, el fabricante de camisetas que tiene 120.000 unidades en inventario con un costo medio de $5.000, tiene $600 millones de pesos inmovilizados.
Figura 1
¿Pero cuál es el costo para la empresa de tener ese dinero inmovilizado? Depende. Si la firma tiene una deuda con un banco que, entre otros, sirve para mantener ese inventario, el costo de oportunidad es el interés que la empresa le paga al banco por utilizar el dinero.
También puede ser que no tenga el préstamo, y que no tenga acceso a capitales ni a FUT. En ese caso el costo de oportunidad podría ser la rentabilidad de las inversiones que dejó de realizar por no disponer del dinero, que puede ser mucho mayor que la tasa de interés.

¿CUÁNTO MANTENER?

La respuesta a esta pregunta no es simple ya que el nivel de inventario es muy dinámico y sujeto a mucha incertidumbre. Constantemente están saliendo y llegando productos. Luego es necesario fijar una política de inventarios en que se explicite cuánto pedir, cuándo se pide, y a quién se pide. Esto se debe hacer para todos los productos a adquirir, lo que no es fácil cuando son muchos.
Además, se debe considerar el costo y la calidad del servicio, las inversiones requeridas y la forma en que se relacionan todas las empresas en la cadena de suministro.
Si la empresa privilegia la calidad de servicio, es decir, que el producto debe estar casi siempre disponible, el nivel de inventario debiese ser mayor. Si el costo es más importante, el nivel de inventario será menor, a expensas de la calidad de servicio. También influye la velocidad de reposición. Si se demora mucho, se va a requerir más inventario.
Los cambios que se están produciendo en la gestión de la cadena de suministro, que vimos en una clase anterior, también impactan en la gestión de los inventarios.
Por ejemplo, si la empresa tiene un proveedor con VMI (Vendor Managed Inventory), es decir, que maneja el inventario del cliente, la empresa pasa a tener cero inventario del producto, ya que queda en manos del proveedor.
La determinación del nivel de inventario óptimo requiere bastantes matemáticas y datos, tanto históricos como predicciones. Los procedimientos más simples incluyen la tasa de uso del producto y los tiempos de entrega del producto por parte de los proveedores.
El pedido puede generarse cuando el inventario llega a un nivel de reorden, e incluir el EOQ (Economic Order Quantity), que es la cantidad necesaria para cubrir los requerimientos de un período específico.
Hay fórmulas analíticas para calcular el tamaño del lote (EOQ) que minimizan el costo total de mantener inventario, bajo ciertos supuestos, que incluyen que la demanda futura es conocida con certeza. Como generalmente esto no es cierto, es necesario agregarle a la política de inventario el llamado stock de seguridad (ver figura), para cuya determinación también existen fórmulas.
Para esto se debe conocer la varianza de la demanda, el nivel de confianza que se quiere tener (la probabilidad de que falte stock) y la demora en la llegada del producto.

INTERACCIÓN DE INVENTARIOS

Hay otras complejidades que se pueden incorporar, como la interacción que se produce entre los distintos inventarios que existen en el sistema. Por ejemplo, cuando la incertidumbre es importante, puede ser más conveniente concentrar los inventarios en una bodega central en lugar de tenerlos distribuidos en centros más pequeños.
El risk pooling, como se conoce esta estrategia, reduce los costos de inventario, pero aumenta los tiempos de respuesta y de transporte. Lo que pasa es que al centralizarse el inventario, es probable que se compensen las variaciones (aumentos y disminuciones) en distintos mercados.
Cómo suele ocurrir, para resolver problemas complejos en logística, es importante contar con herramientas de investigación operativa y con gente que sepa usarlas.
¡Hasta el próximo miércoles!
Si bien es buena idea tratar de minimizar los inventarios, eliminarlos del todo es imposible.

COSTOS MENOS EVIDENTES

Hay costos menos evidentes, pero no por ello menos importantes. Por ejemplo, para las empresas que producen o venden alta tecnología, el costo de obsolescencia puede ser altísimo. Para una farmacéutica, el costo por vencimiento de los medicamentos puede ser también alto, así como para una empresa que exporta fruta, el costo de que esta se eche a perder. Por último, el inventario puede deteriorarse por las condiciones de manipulación, o puede sufrir robos, incendios, etc. Muchas empresas contratan seguros para resguardarse de algunas de estas eventualidades, pero eso también tiene un costo.

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