Por más creativa e inteligente que sea una persona, si no alcanza la sabiduría no puede llegar a ser líder.


EQUILIBRAR INTERESES, SABER COMUNICAR Y CONTAR UNA HISTORIA

Por más creativa e inteligente que sea una persona, si no alcanza la sabiduría no puede llegar a ser líder. Podemos definir la sabiduría como el uso exitoso de la inteligencia, la creatividad y el conocimiento para alcanzar el bien común, equilibrar los diversos intereses (propios, interpersonales y extrapersonales) en el corto y largo plazo, y adaptarse, moldear y seleccionar los ambientes (Sternberg, 2003).
La sabiduría no solo implica tener las habilidades para usar correctamente los elementos aludidos, sino también el tener la disposición para usarlos en pos de un bien común.
Los líderes que actúan como coach tienen entonces un rol clave en la comunicación en la empresa.
Los líderes que muestran sabiduría equilibran en forma magistral los intereses de todos los actores involucrados, incluyendo los propios, los de sus seguidores y los de su organización. Reconocen también que necesitan alinear los intereses de su grupo u organización con los de otros grupos u organizaciones.

CLINTON Y GHANDI

Al ignorar alguno de estos intereses, los líderes fallan en su desempeño. Por ejemplo, tanto Richard Nixon como Bill Clinton creyeron hacer lo mejor al encubrir sus errores. Como resultado, fallaron al resguardar los intereses del país y, paradójicamente, se autoprovocaron daño, ya que terminaron por ser impugnados políticamente por el Congreso.
Sin embargo, la inteligencia y la creatividad no garantizan per se la sabiduría. Aquellos líderes que se destacaron por su sabiduría, incluyendo a Abraham Lincoln, Nelson Mandela, Mahatma Ghandi y Sor Teresa de Calcuta, dejaron una huella imborrable en las personas que lideraron y pasaron a la historia universal.
Por el contrario, los líderes que no son exitosos muestran ciertos estereotipos en su pensamiento que revelan falta de sabiduría. Algunas de estas falacias son: optimismo irreal, egocentrismo, omnisciencia, omnipotencia, invulnerabilidad y falta de compromiso moral.

LA COMUNICACIÓN EN EL COACHING

¿Cómo puede el líder tocar las cuerdas precisas para que sus seguidores persigan con entusiasmo las metas del equipo? La herramienta por excelencia para acercarse a este objetivo se encuentra en la capacidad de comunicar que tienen los líderes y especialmente aquellos que cumplen el rol de coach.
Una organización, sea cual sea su tamaño y naturaleza, es un conjunto de personas que cooperan entre sí para el logro de resultados. La cooperación requiere que las personas se comuniquen entre sí de un modo eficaz y eficiente, esto es, que se hagan entender bien y con el mínimo esfuerzo.
Este es indudablemente un proceso complejo por dos razones. En primer lugar, porque la comunicación se da a través de distintos símbolos, los que representan no solo información sino que también emociones, y en nuestras relaciones las emociones entran en juego. En segundo lugar, la comunicación es un proceso que consta de varios subprocesos que se suceden entre sí formando la cadena de la comunicación.
¿Por qué es tan importante la comunicación en la empresa? Porque hace que las personas sepan dónde están y se sientan parte de la empresa. Cuando la dirección tiene el hábito de comunicar gana credibilidad y confianza, la organización pasa a ser una comunidad de personas unidas por un mismo propósito y orgullosas de compartir este esfuerzo conjunto.
Los líderes que actúan como coach tienen entonces un rol clave en la comunicación en la empresa y son responsables tanto de la comunicación descendente como ascendente.
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Por un lado, la comunicación descendente suscita preguntas que piden una respuesta. Y por otro, las preguntas formuladas hacia arriba aportan información sobre los problemas y necesidades de los subordinados, y tienen un efecto en la forma y contenido de la comunicación descendente.
Los empleados tienen diversas necesidades de comunicación. Los directivos creen saber cuáles son estas, si bien es frecuente que los subordinados no compartan esta opinión. Es tan así, que en la mayor parte de los estudios de clima organizacional aparece como principal dificultad “la falta de comunicación”.

¿CÓMO TRANSMITIR LA SABIDURÍA?

El contar historias aumenta la efectividad del liderazgo, porque es esencial en la búsqueda de significado del ser humano. Por lo mismo, es necesario tomar conciencia que para los directivos —y en general para todas las personas insertas en una economía del conocimiento— el conversar es su principal trabajo. Si se aprende a conversar, se podrá ser más productivo.
A pesar de esta visión y de los datos aportados por distintas investigaciones que muestran que el 78% del tiempo los gerentes lo dedican a conversar, lo que prevalece es lo contrario. Cuando se habla del poder que tiene la narración a los ejecutivos, lo que se encuentra es el escepticismo.
.. De Twitter
La duda es si las historias que se narran realmente juegan un papel importante en el mundo de los negocios. Esto se debe a que la mayor parte de estos ejecutivos operan con un marco de referencia en que el análisis y los datos duros son los que mandan en la lógica de los negocios. Su fortaleza está en la objetividad, en lo impersonal y en la ausencia de emociones.
Pero esta misma fortaleza es su debilidad, el análisis puede estimular su mente pero difícilmente puede llegar al corazón de las personas. Y es precisamente allí donde Ud. quiere llegar cuando necesita motivar no solo para realizar una acción sino para hacerlo con entusiasmo y energía.
Las presentaciones con muchos datos y números no pueden lograr este efecto, ni siquiera los argumentos lógicos para producir cambios hacen el milagro. Pero el contar historias sí puede hacerlo. En realidad, en algunas situaciones, nada más funciona.
Un mal líder sufre de optimismo irreal, egocentrismo, omnipotencia y falta de compromiso moral, entre otros.

CREAR ESPACIOS SOCIALES

Una prueba tangible de la sabiduría del líder es su capacidad de generar espacios sociales de confianza donde se desarrollen al máximo los talentos de sus seguidores.
Todos los gerentes saben que los negocios funcionan mejor cuando las personas en la organización se conocen y confían unas en otras.
Ellos coinciden en que el compromiso y los vínculos fuertes entre las personas son el alma de una organización. Esto es lo que los académicos denominan el capital social de una organización. Este término captura muy bien la idea que las inversiones en las relaciones interpersonales tienen retornos gananciales.
Dicho en forma más general, el bienestar de las personas en la empresa rinde dividendos. Todo esto suena muy bien, pero también debemos tener en cuenta que en tiempos difíciles, el capital social se ve amenazado.
Generar un capital social en tiempos turbulentos es muy duro y saber cómo hacerlo es más difícil aun. El saber que las relaciones sanas ayudan al éxito de una empresa es una cosa, hacer que estas relaciones ocurran es otra. Este es el desafío del líder.
Las organizaciones son comunidades de seres humanos y como tales tienen por definición, en su esencia, las relaciones interpersonales.
Es así que podemos considerar el liderazgo como la capacidad de una comunidad humana para crear su futuro (Peter Senge, 2004).

RELACIÓN ENTRE PERSONAS

Básicamente esto nos dice que el liderazgo no lo podemos centrar en los talentos y atributos de una persona en particular sino en una relación entre personas.
Es por lo tanto un proceso social, en el que el líder interviene para establecer conexiones entre personas y lograr objetivos y metas. Por lo mismo, se debe invertir en lazos que unan a las personas positivamente y en profundidad.
En un ambiente de confianza somos capaces de resolver diferencias, generar puentes de acercamiento y se despierta la creatividad, en pocas palabras, nos permitimos ser personas. Muchas de las grandes ideas en una empresa se logran en estos espacios en que nos sentimos simplemente humanos. Hasta el próximo año.
La profesora ayudante del curso es Naisa Gormaz, Ph.D., profesora Escuela de Administración UC.
Próximo lunes: primera clase del curso “Control de gestión (Balanced scorecard)”.