El maestro José Antonio Marina (Premio Nacional de Ensayo, Premio Giner
de los Ríos de Innovación Educativa y tantos y tantos galardones para
uno de nuestros mejores pensadores) ha vuelto a sorprendernos
muy positivamente en un libro escrito con Eva Marina (licenciada en +
Ciencias de la Información, directora de varios grupos teatrales),
El aprendizaje de la creatividad.
¿Se aprende la creatividad? Los autores nos demuestran que sí.
La creatividad no es un lujo, sino una estrategia de supervivencia
para los seres humanos. Es la “libertad en acción”. “Mientras que
la angustia es la conciencia de la imposibilidad, la experiencia creadora
es la conciencia de la posibilidad. Esto se parece a la alegría, que es
amplitud, distensión, explosión”. Si quieres saber cómo funciona
la inteligencia creadora, cómo se puede desarrollar, éste es tu libro.
“Mañana se dirá: innovo, luego existo” (John Seely Brown). Las
escuelas matan la creatividad (Ken Robinson), porque la consideran
una amenaza, un obstáculo para el verdadero aprendizaje.
José Antonio y Eva nos aclaran: “Crear es producir
intencionadamente novedades valiosas”. El talento siempre está
después de la educación (“antes solo hay biología”), la creatividad
es una cualidad de todo talento, “es decir, de toda inteligencia
triunfante”. Toda actividad creadora es la solución a un problema.
“Podemos considerar la generosidad como una demostración de
creatividad cotidiana”. “No es el error sino la inactividad lo que hace
fracasar al hombre” (Fausto de Goethe).
Anatomía de la personalidad creadora. Actividad, activación (como
arrancar un coche). Favorece la expresión y huye de la
rutina. Descubrimiento de posibilidades, apertura, independencia
crítica, autonomía. “Efecto Medici” (condiciones sociales y ambientales).
“La creatividad individual casi siempre la estimulan el trabajo, las ideas
y los logros de otras personas” (Ken Robinson).
“Crear es dirigir las operaciones mentales mediante un proyecto
creador”. Requiere de proyecto (creador), búsqueda (creación de
la propia memoria), aprendizaje y criterio de evaluación. La
memoria creadora es igual a la actividad (redes amplias +
operaciones variadas y eficientes).
“Nuestras ocurrencias proceden de lainteligencia generadora, que
opera con sus propios mecanismos, que desconocemos”.
Lainteligencia ejecutiva da órdenes (“tengo que escribir el libro”) pero
no hay certeza de que vaya a ser obedecida. Para “educar el inconsciente”,
la formación de hábitos. JAM y EM ponen como ejemplo Los cuadernos
de Luis Vives de Francisco Umbral, una anatomía o forja de un escritor
(no conocía el libro, pero voy a leerlo). “El estilo es un hábito”. ¿Cabe
mejor noticia para quienes nos dedicamos al coaching?
Sí, “el inconsciente es el conjunto de conocimientos y hábitos aprendidos
que solo conocemos a partir de los resultados y de sus operaciones.
Su sede es, pues, la memoria”. El hábito es el punto de encuentro
entre el espíritu y la materia (Ravaisson). Es transformar la libertad
en naturaleza. Maravilloso. “La civilización avanza en proporción al
número de operaciones que la gente puede hacer sin pensar en ellas”
(Alfred Whitehead, filósofo y matemático). Los hábitos son, siempre
han sido, el objetivo de la educación (la “segunda naturaleza” de
Aristóteles). El carácter se adquiere por entrenamiento (coaching),
porque “el cerebro tiende a formar hábitos para ahorrar esfuerzos”
(Larry Squire). Hay un hábito de la creatividad. “Un pianista no puede
dar expresividad a su interpretación mientras no haya conseguido automatizar los esquemas musculares necesarios. Solo entonces será libre”.
El progreso no es otra cosa que las habilidades innatas más el proyecto
más el entrenamiento. Un gran principio educativo.
En la creatividad desarrollamos tres tipos de hábitos: motivacionales
(una motivación especial son los proyectos compartidos), cognitivos
(“no hay genialidad sin memoria”) y operativos.
Podemos –debemos- educar el inconsciente, e igualmente la
inteligencia ejecutiva. “La creatividad está relacionada con la libertad”;
“la invención de la libertad es una de las tareas de la inteligencia creadora”.
Si se impone la inteligencia generadora, anarquía; si gana la
inteligencia ejecutiva, tiranía; si se acoplan ambas, con un
estamento inventivo y otro ejecutivo, democracia. Como gran ejemplo,
la creación deEl otoño del patriarca de Gabriel García Márquez.
Entornos creativos (se debe elogiar el esfuerzo y la estrategia,
no la inteligencia, como recomienda Carol Dweck) y grandes proyectos
(“la libertad no es un estado, sino la realización de un proyecto. No
es un punto de partida, sino de llegada”).
En la parte “detectivesca” del libro, José Antonio Marina y Eva Marina
tienen la amabilidad de citar a un servidor y a mi libro Clase Creativa.
Un gran honor situarme al nivel de Teresa Amabile (Harvard),
Ken Robinson, Mihály Csikszentmihályi, Frank Gehry, Fernando Trías de
Bes, Surata Dasgupta, Luis Bassat, Susan Kaiser Greenland y Bill
Drayton (fundador de Ashoka). Muchas gracias por la inclusión.
Gran libro. Didáctico, muy útil, totalmente actualizado. Mi admirado José
Antonio está en plena forma y el tándem con Eva le sienta muy bien. Los lectores
y lectoras estamos muy agradecid@s
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