Presidente de TALENT Great Team
Presidente de IVAFE
Hoy en día sabemos que el talento es lo que diferencia a
las organizaciones altamente competentes de otras que
no lo son, y también podemos afirmar que tan sólo se
pone en valor un 20% del talento de los profesionales
en las empresas. Es en este sentido donde los
equipos altamente competentes se distinguen.
Estos equipos creen por encima de todo en ellos mismos
y en el valor superior que las personas, cuando hacen
de ellas un auténtico equipo, llegan a alcanzar. Desde
esta firme creencia los profesionales son capaces de
poner en valor todo su potencial y se centran en transformar
el talento individual en alta competencia colectiva. Pero
¿cómo lo hacen?
Los equipos que creen por encima de todo en ellos mismos y en el valor superior de las personas son los que crean un auténtico equipo.
Para hacer posible esa alquimia los grandes equipos gestionan varios aspectos o condicionantes (naturales, adquiridos, motivacionales, y ejecutivos) que se liberan a través del compromiso, y que bien trabajados actúan como potenciadores y nada
o mal trabajados actúan como limitadores. El conjunto
de estos aspectos lo denomino loscírculos de la competencia.
Las personas generamos valor cuando liberamos lo que
somos capaces de hacer, lo que sabemos hacer, lo
que queremos hacer, lo que podemos hacer, y lo que
nos comprometemosa hacer. La pérdida de potencial
viene cuando lo que nos comprometemos a hacer y
lo que hacemos, está muy lejos de lo que somos
capaces de hacer, es decir, de nuestro potencial. El
objetivo es generar tanta competencia en el equipo
como potencial existe, o lo que es lo mismo, es conseguir
hacer de la mejor manera posible aquello que somos
capaces de hacer mejor que otros.
Las personas generamos valor cuando liberamos lo que somos capaces de hacer, lo que sabemos hacer, lo que queremos hacer, lo que podemos hacer, y lo que nos comprometemos a hacer.
Para ello los equipos altamente competentes se centran en conocer y en reconocer el talento de cada uno de sus integrantes y en alinear ese potencial con la estrategia del equipo. A partir de ese círculo de competencia (círculo del potencial) nos podemos centrar en facilitar a cada
individuo en particular y a todos como equipo, el
conocimiento necesario para saber hacer (círculo
del conocimiento), los medios oportunos para poder
hacer (círculo de los recursos) y las
motivaciones imprescindibles para querer hacer (círculo
de la motivación), lo que ayuda finalmente a generar
el compromiso necesario para poner en valor todo
ese potencial (círculo del compromiso).
La competencia se obtiene al poner en valor lo que se es
capaz de hacer, lo que se sabe hacer, lo que se quiere
hacer, lo que se puede hacer y lo que uno se compromete
a hacer. Por tanto, la competencia no puede
interpretarse como un conjunto de capacidades
inherentes a una persona o equipo (innatas y aprendidas);
sino que es el resultado de la puesta en valor de un
conjunto de capacidades naturales y adquiridas,
motivaciones y recursos, a través de un compromiso.
Una empresa que pretenda hacer de ella un auténtico
gran equipo debe preguntarse ¿cómo estamos trabajando
la gestión y el desarrollo estratégico del talento en
nuestra empresa?
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